CULTURA INCLUSIVA.
Propiciar espacios de formación dirigidos a docentes y agentes educativos, en los cuales se fortalezca la cultura inclusiva.
sábado, 30 de octubre de 2021
RETOS DE LA CULTURA INCLUSIVA EN PERSPECTIVA DE EDUCACIÓN
En el transcurso del desarrollo histórico de las sociedades se ha observado una lucha incansable por la reivindicación y reconocimiento de los grupos minoritarios que han sobrevivido a través de los años al olvido de las entidades territoriales; quienes han desprotegido y vulnerado sus derechos fundamentales; a raíz de esto estas poblaciones deben enfrentarse día a día con la miseria, la pobreza y la violencia. Por otro lado, el contrato social por el cual se rige la sociedad ha contribuido a la creación de prejuicios que logran discriminar y excluir a los individuos con deficiencias físicas y mentales o simplemente aquellos que no son considerados iguales; ya sea por diferencias culturales, religiosas, sociales o económicas; de manera que, quienes no poseen las capacidades que se suponen requisitos para formar parte del contrato son rechazadas. Es por eso, que en Latinoamérica las tres últimas décadas se han destacado por numerosas manifestaciones sociales a favor de la participación de los grupos minoritarios en la creación de los principios de justicia social, en las decisiones políticas y el fortalecimiento de los sistemas educativos nacionales, movimientos que han logrado causar impacto en la construcción de una cultura incluyente.
| Por otra parte, en el ámbito educativo la cultura inclusiva se ha convertido en el factor más equitativo en el desarrollo de las capacidades sociales y comunicativas de las personas, debido a que al excluir a determinadas personas se coloca en juego no sólo de la definición de los principios políticos básicos de la sociedad, sino también de aquellas/os para quienes se eligen esos principios, en última instancia, se coloca en peligro la propia concepción de ciudadanía, su definición y su alcance ( Di Tullio, 2013). De modo que, según la Sentencia T-120/19 es un deber de los Estados y de las instituciones educativas garantizar la universalidad y no exclusión del derecho a la educación de todas las personas velando por cubrir todas las necesidades que requiera cada individuo en cualquier contexto pedagógico escolar y extraescolar en el que se encuentre el alumnado. Así pues, el derecho a la educación debe comprenderse como el derecho a la educación inclusiva y de igualdad de oportunidades, permitiendo una educación de calidad, sin ningún tipo de discriminación. De acuerdo con, Booth & Ainscow (2002) citado por Lasso (2015) cuando se habla de cultura inclusiva se hace referencia a “crear una comunidad segura, acogedora, colaboradora y estimulante en la que cada uno es valorado, como el fundamento primordial para que todo el alumnado tenga los mayores niveles de logro”. Lamentablemente, América Latina no ha logrado avanzar satisfactoriamente en cuanto a temas educativos, debido a las dificultades que se presentan en el momento de implementar acciones a favor del mejoramiento y construcción de una educación inclusiva, intercultural y de calidad.
Por tanto, Filmus (2010) aborda de la necesidad que existe de hacer énfasis en la calidad y equidad educativa, ya que el sistema educativo latinoamericano, según este autor, requiere de transformaciones importantes para lograr que la población alcance las competencias, conocimientos y valores que la sociedad demanda, donde docentes, familia y comunidad son responsables de todo este proceso (citado por Fernández, Véliz, y Ruiz (2016). Debido que, se observan que los esfuerzos relacionados con las reformas adicionales para acomodar a alumnos considerados especiales en un sistema escolar tradicional, hasta la actualidad, no son suficiente, puesto que; la educación inclusiva conlleva a la reestructuración de las escuelas según las necesidades de todos y todo (Paya, 2010). Lo anterior, está ligado a una serie de factores políticos, económicos, sociales, culturales, ambientales y tecnológicos que atrasan los procesos de formación de espacios idóneos en la escuela que contribuyan a la eliminación de prejuicios y estereotipos o modelos mentales. Pues, se debe romper con las ataduras que aún quedan de la enseñanza tradicionalista ya que cuando se habla de un proceso de inclusión, el estudiantado con necesidades educativas diversas no puede ser considerado sujeto pasivo, reproductivo, al que no se le ofrecen oportunidades para la reflexión y los interrogantes (Fernández, Véliz, y Ruiz; 2016). Cabe resaltar, que cuando se habla de cultura inclusiva también se hace referencia al respeto de la diversidad étnica y cultural, logrando que “cada cultura establezca sus propias formas de clasificar y organizar el saber de las cosas que la rodean” (Suárez, 2009). Vale decir, que gracias a la apertura constitucional de 1991 donde se reconocen nuevas funciones de estatus a los grupos históricamente discriminados, hecho que no solo rehabilitó el conflicto entre el Estado y la pluralidad cultural, sino que también suscitó la tensión constitucional entre la reafirmación de los derechos fundamentales del individuo y el reconocimiento de las tradiciones culturales de los colectivos identitarios (Cuchumbé, 2012).
Por consiguiente, para dar cumplimiento al artículo 7 de la Constitución Política de Colombia de 1991 que dice “el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana” surge el termino etnoeducación cuyo principio es la interculturalidad, por lo que su propósito debe estar dirigido al fomento de valores tales como: El respeto cultural, La tolerancia cultural, El diálogo cultural y el enriquecimiento mutuo. (Artunduaga, 1997 Citado por Suarez, 2009). Por lo cual, Rojas (1999) señala que “en la década de los ochenta el Ministerio de Educación constituye el grupo de Etnoeducación (Resolución 3454 de 1984) que basa su trabajo en los planteamientos desarrollados por Guillermo Bonfil Batalla sobre Etnodesarrollo y la Etnoeducación como corolario” y así, brindar un espacio de participación a las minorías étnicas para participar en el desarrollo de los contenidos curriculares de sus poblaciones. De esta forma, el Estado debe ser plenamente consciente de la responsabilidad que le compete en cuanto educación intercultural e inclusiva se refiere; mediante propuestas al sistema educativo que permitan formar desde criterios inclusivos y de respeto a la diversidad étnica y cultural. Promoviendo la formación de docentes que implementen un modelo pedagógico vaya más allá de los pueblos culturalmente diferenciados, que entiendan la importancia el derecho de conocer, valorar y enriquecer la cultura con los aportes de otras, en una dimensión de alteridad cultural a partir de un diálogo respetuoso de saberes y conocimientos que se articulen y complementen mutuamente (Suarez, 2009).
En otras palabras, los retos de la cultura inclusiva en perspectiva de educación son números ya que se debe transformar la escuela a un un espacio donde la igualdad se convierta realmente en una práctica enfocada a la atención equilibrada, idéntica hacia las necesidades específicas de cada alumno, es decir, estar más cerca de ese estudiantado, conocer a fondo sus necesidades, intereses y motivos, así como la búsqueda de métodos que le permitan asimilar el contenido en todas sus dimensiones y potenciar al máximo el desarrollo de habilidades y capacidades intelectuales, que lo preparen para asumir los retos, como futuras personas egresadas de la educación superior. (Fernández, Véliz, y Ruiz; 2016). Igualmente, las entidades publicar encargadas deben trabajar necesitamos trabajar mucho más para que estos presupuestos sean realidad eliminando las trabas y colocando autoridades específicas que vigilen el cumplimiento de las políticas públicas expedidas por los gobiernos. También, en el ámbito educativo se debe estudiar los modelos educativos ya que los actuales están basados totalmente en la educación occidental, haciendo de un lado la diversidad de los conocimientos y saberes propios de las diversas comunidades étnicas. Para concluir, se necesita un recurso humano idóneo en cuanto a pedagogía y formación intelectual que asuman los nuevos retos y desafíos educativos, enfrentando cada una de las problemáticas que se presentan ya que los niños con cualquier tipo de discapacidad exigen desafíos educativos lo que implica que las escuelas deben brindarles una educación donde todos se beneficien con una enseñanza adaptada a sus necesidades, lo que merece una capacitación constante de los maestros sean y apoyo de todo el entorno.
Igualmente, profesores que a través de sus pensamientos, hechos y palabras construyan un clima escolar favorable siendo fiel reflejo de la práctica de valores como el respeto, la colaboración, la justicia, la identidad, etc. Finalmente, en tema de cultura inclusiva e intercultural el estado juega un papel fundamental, pues es de su incumbencia la reglamentación, la formulación de ejes curriculares, la definición de métodos, los criterios de evaluación y el modelo de enseñanza en las instituciones.
REFERENCIAS.
Suárez, C. C. (2009). Estudios sobre educación intercultural en Colombia: Tendencias y Perspectivas. Memorias: revista digital de historia y arqueología desde El Caribe, (10), 12. 358-375.
- Fernández, I., Véliz, V., y Ruiz, A. (2016). Hacia una cultura pedagógica inclusiva: Experiencias desde la práctica universitaria. Revista Electrónica Educare, 20(3). 1- 15.
- Lasso, M. (2015). Cultura Inclusiva en la escuela. Revista para el aula, (14). 24-25 - Constitución política de Colombia 1991.
- Sentencia T-120/19
- Payà Rico, A. (2010, 12 mayo). Políticas de educación inclusiva en América Latina propuestas, realidades y retos de futuro. Educación Inclusiva, 3(2). Recuperado a partir de https://revistaeducacioninclusiva.es/index.php/REI/article/view/209
- Rojas, T. (1999). LA ETNOEDUCACIÓN EN COLOMBIA: UN TRECHO ANDADO y UN LARGO CAMINO POR RECORRER. Revista universidad de los Andes. Recuperado a partir de https://revistas.uniandes.edu.co/doi/pdf/10.7440/colombiaint46.1999.03
- Cuchumbé, N. (2012). Apertura constitucional de 1991, diversidad étnica y cultural y ordenamiento político: Aproximación filosófica política1. Scielo. Recuperado a partir de http://www.scielo.org.co/pdf/unih/n74/n74a04.pdf
- Di Tullio Arias, A. (2013). ¿Hacia una justicia sin fronteras? El enfoque de las capacidades de Martha Nussbaum y los límites de la justicia. Daimon Revista Internacional de Filosofia, (58), 51–68. Recuperado a partir de https://revistas.um.es/daimon/article/view/144611.
LA INCLUSIÓN EN EL ÁMBITO EDUCATIVO, UNA POLÍTICA QUE GARANTIZA LA INTEGRACIÓN
En este momento, la integración se ha convertido en un término bastante común en la educación, ya que posee una gran trascendencia, acompañado de la inclusión, a través de la práctica de estos, se obtienen diversos beneficios sociales, como apoyar los derechos de las minorías, garantizar los derechos sin distinciones, además, evita la marginación social de las personas que sufren algún tipo de discapacidad. Por otra parte, puede decirse que actualmente, la inclusión en el proceso educativo, es indispensable, ya que es ordenada desde un ente gubernamental; ya sean instituciones, dependencias o cualquier organismo público ya que es un deber del Estado garantizar el derecho a la educación, por tal razón; se entiende que su principal intención será la de atender las diferentes problemáticas y necesidades que se observan por medio de esta carencia de políticas educativas que vigilen el papel de las escuelas en la integración de sus estudiantes.
Por lo que se hace necesario añadir la secuencia didáctica en la labor de los educadores, Feo (2010) plantea “la secuencia didáctica como todos aquellos procedimientos instruccionales y deliberados realizados por el docente y el estudiante dentro de la estrategia didáctica, divididos en momentos y eventos instruccionales orientados al desarrollo de habilidades sociales (competencias) sobre la base en las reflexiones meta cognitivas.” Lo cual deja en evidencia que el proceso contempla de manera satisfactoria las necesidades de aprendizaje entre el estudiante y quien le da el conocimiento.
| Del mismo modo, Figueroa et al., (2017) habla del término vinculación y como este se puede incluir de manera directa en los diferentes procesos de inclusión para que se no solo se desarrolle en la escuela “Como ya se ha visto, la vinculación es necesaria dentro de todo proceso de inclusión social, una vinculación que requiere de una relación entre los alumnos y entre estos y los adultos que intervienen en su desarrollo, de allí que sea importante incluir a las familias y a las comunidades. En este sentido existen varias estrategias que buscan promover esta vinculación alumno escuela-familia, comunidad.” Como tal la educación inclusiva es fácil en cuanto a definición se refiere. Esta surge del convencimiento de que el derecho a la educación, es un derecho humano fundamental, que a parte está en la base de una sociedad mas justa. Garantizando el acceso a la educación.Partiendo de esto, es importante entender que la finalidad de la educación inclusiva es garantizar el derecho universal, para que así las personas sean tratadas con igualdad y equidad, reconociendo la diversidad de todos, en los centros educativos, este fuerzo se encamina a ciertas particularidades, por las cuales los alumnos son excluidos, por ejemplo tener condición de discapacidad, también por el origen étnico, por su condición de género, su condición migratoria entre otras opciones que pueden presentarse.
Por lo tanto, según Chiroleu, (2009) “El diseño y aplicación de políticas públicas inclusivas en la educación superior adquieren, además, características singulares en los diversos países, respondiendo a factores propios de su estructuración social, a las lógicas sobre las que se asientan sus instituciones de educación superior y aún, a los climas ideológicos globales que afectan de manera dispar sus valores e instituciones.” Si bien, este tema se viene trabajando ya con tiempo, es importante establecer que este mismo no ha tomado mayor auge, sino hasta los últimos años, ya que está generándose a través de diversas estrategias, entre ellas comunicativas, que han fortalecido el sistema inclusivo especialmente.
Con esto en cuenta, el progreso del centro hacia estas condiciones, así como su consolidación y mantenimiento responde siempre a procesos lentos, progresivos, no ajenos a las dificultades, que suponen la negociación compartida de significados por parte del profesorado; en definitiva, la toma de conciencia y la responsabilidad de llevar a cabo un conjunto de innovaciones que afectan a todo el centro (Giné, s.f.). Asimismo, Giné, (s.f) en sintonía con los avances internacionales en este campo, el desarrollo de la integración en el marco de una escuela comprensiva ha producido en los últimos años una evolución conceptual en lo que se entiende por integración; se tiende a abandonar este término y sustituirlo por el de “inclusión”. En la base de esta evolución se hallan razones de naturaleza distinta que van desde las psicológicas y pedagógicas a las más estrictamente sociales y éticas, que luego se examinarán con un poco más de detalle. El proceso de inclusión recae en múltiples ocasiones en los estudiantes con cualquier tipo de discapacidad gracias a que se constituye como un campo emergente que exige un cambio global de la cultura y una mayor participación de quienes hacen parte del mismo (Lopez, 2008). Igualmente, en este estudio se asigna gran importancia a las voces de los estudiantes con discapacidad, puesto que es una manera de indagar cómo este cambio social se puede promover en el contexto universitario. Lo que se pretende es modificar los espacio para tener la capacidad de dar un discurso que cobije a todos, promoviendo las capacidades y las competencias de cada uno, creciendo y desarrollándose como persona, en los diferentes aspectos de la vida.
La inclusión educativa tiene como objetivo garantizar que nadie se quede sin la educación de calidad, esta debe tener una población global, que abarque distintos rumbos a la ves y así puede trabajarse bajo un modelo universal, entre más eficiente nuestro servicio está bien. Tener esta educación implementada, podría ser la garantía educativa del mantenimiento y la finalización de los niveles educativos, ya que, a partir del enfoque educativo, se estudiará el perfil de egreso del alumno, mirando así las competencias genéricas y las profesionales, destacando ambas partes del aprendizaje. Finalmente es importante resaltar, que una educación basada en la heterogeneidad, favorece en la búsqueda del reconocimiento de la diversidad, tratando a los alumnos de forma individual, desarrollando la capacidad de tratar a cada uno bajo sus propias necesidades. Además, esta particularidad favorece el desarrollo y el aprendizaje no solo en el ámbito académico, sino dejando ver valores como respeto, tolerancia, colaboración y democracia.
REFERENCIAS.
Chiroleu, A. (25 de Febrero de 2009). La inclusión en la educación superior como política: tres experiencias en américa latina. Obtenido de Revista Iberoamericana de Educación: https://rieoei.org/historico/deloslectores/2740Chiroleu.pdf
Feo, R. (2010). ORIENTACIONES BÁSICAS PARA EL DISEÑO DE ESTRATEGIAS DIDÁCTICAS. Obtenido de Instituto Pedagógico de Miranda, José Manuel Siso Martínez: http://148.202.167.116:8080/jspui/bitstream/123456789/175/3/Orientaciones%20b %c3%a1sicas%20para%20el%20dise%c3%b1o%20de%20estrategias%20did%c3% a1cticas.pdf
Figueroa, X., Gutierrez, C., Velasquez, J., & Tibocha, A. (2017). Estrategias de inclusión en contextos escolares. REVISTA DIVERSITAS - PERSPECTIVAS EN PSICOLOGÍA - Vol. 13, No. 1, 013 - 026. Giné. (s.f.). La asociacion a la diversa en el sistema educativo. . Obtenido de inclusion y sistema educativo: http://files.emdiaz.webnode.com/200000091- d91e9db133/Escuela%20inclusiva.pdf
Lopez, M. (15 de Febrero de 2008). De la Exclusión a la Inclusión: Políticas y Prácticas de la Universidad Española Respecto a los Alumnos con Déficit Auditivo. Obtenido de Archivos Analíticos de Políticas Educativas: https://www.unapeda.asso.fr/IMG/pdf/Lopez_Torrijo.v16n5.pdf
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